El trabajo comenzó en 2018 y se espera contar durante el segundo semestre con una propuesta para ser discutida por el Consejo Académico. El proyecto de Vicerrectoría de Docencia ha tenido entre sus características el sello participativo.
Dar a la actividad docente el lugar que se merece como parte de la misión fundante de la Universidad. Ese es el anhelo tras la creación de la Vicerrectoría de Docencia (VRD), proyecto que comenzó a dar sus primeros pasos el segundo semestre de 2018 y que hoy se encuentra en proceso de diseño, a la espera de su evaluación económica.
Formalmente, existen cuatro instancias que se han dedicado a diagnosticar, analizar y programar las funciones de esta nueva estructura universitaria. Se encuentra operativo un Consejo Directivo, formado por el Rector y su gabinete; un Consejo de Decanos, constituido por las autoridades de las facultades de Agronomía, Enfermería, Arquitectura y Urbanismo y Ciencias Físicas y Matemáticas; y un Consejo de Incumbentes o stakeholders, representantes de aquellas reparticiones que actualmente realizan labores de apoyo a la docencia.
A ellos se suma un equipo técnico que organiza y ejecuta las diversas etapas previas a la elaboración del proyecto final.
Así lo consigna Marcela Varas Contreras, académica de la Facultad de Ingeniería y quien ha liderado el cuadro encargado del diagnóstico y propuesta para la VRD. La profesional destacó a su vez que este transcurso ha contado con el sello de la participación.
Efectivamente, según los datos del último reporte, hasta ahora se han realizado nueve mesas de trabajo triestamental, siete sesiones del consejo de incumbentes, reuniones con representantes estudiantiles y secretarias, y citas con secretarios académicos, jefes de carrera y vicedecanos. A lo anterior se agregan las 432 personas que han asistido a visitas informativas y las 128 que han dado respuestas a formularios online.
Diagnóstico inicial
La creación de una nueva Vicerrectoría es una necesidad sentida por la comunidad académica. Aldo Montecinos Gula, coordinador de proyectos institucionales de la Dirección de Estudios Estratégicos, señala a ese respecto que lo que está detrás de esta innovación es “situar a la docencia —en tanto actividad académica— en el lugar que se merece”. Como caso exitoso, mencionó lo ocurrido tras la instalación de la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo. “Claramente, se ordenó la investigación dentro de la Universidad, le dio una estructura”.
Esta figura institucional permitirá también superar la falta de trabajo mancomunado que se observa en el área. “Las coordinaciones se dificultan si no tienes una Vicerrectoría en este tema, que tenga el mismo poder de decisión que las otras y permita balancear los intereses institucionales”, expresa Varas.
El diseño
Con la socialización de este diagnóstico, se ha venido trabajado de manera intensa los últimos meses. Hasta el momento, el equipo técnico ha entregado tres reportes de avance, los que pueden ser revisados en http://propuestavrd.udec.cl. En el primero se ejecutó un diagnóstico de la situación actual y en el segundo y tercero se delineó el diseño del estado que se pretende alcanzar.
La VRD contaría con 11 áreas de trabajo, a partir de las cuales se avanza en seis áreas prioritarias: Apoyo al estudiante, Desarrollo curricular y docente, Campus virtual, Mejoramiento continuo, Formación integral y Captación y promoción.
De esta manera, la Vicerrectoría de Docencia agrupará las tareas de apoyo a la labor docente de pregrado y de formación continua, así como también del postgrado. Las funciones se organizarán por clusters o agrupaciones de carreras y programas según características en común. “Se trata de que las áreas de apoyo se vayan especializando y generando colaboración con las personas que, desde las unidades académicas, son su contraparte”, puntualiza Marcela Varas.
Tecnología en el aula
Uno de los objetivos que persigue la instalación de la VRD, guarda relación con la creación de un Campus Virtual, en donde la interacción docente-estudiantes trascienda la barrera de lo presencial.
En razón de ello, ya se están dando algunos pasos. Este año entró en funcionamiento el Laboratorio de Innovación Educativa, un proyecto de la Dirección de Docencia (UCO 1808) que proveerá recursos para mejorar el proceso de aprendizaje en las áreas de Ciencias Básicas (Matemática, Física, Biología y Química). “Esto ofrece una mayor eficiencia en los recursos utilizados, posibilidad de medir cómo los estudiantes están aprendiendo y, por ende, de enseñar mejor”, comenta Aldo Montecinos.
Dicha iniciativa se conjuga con los mejoramientos que se extienden para toda la docencia de pregrado, explica la Directora de Docencia, Dra. Carolyn Fernández Branada. “Queremos inyectar recursos tecnológicos, metodológicos y evaluativos para incentivar el desarrollo de una docencia de pregrado en estas áreas; que pueda haber innovación en las metodologías, los recursos, la actualización de los académicos y escuchar los requerimientos de los estudiantes”.
El Campus Virtual que se propone en el marco de la VRD va en este mismo sentido. “Es la palanca que nos va a permitir mejorar muchas otras cosas, como la equidad, por ejemplo, de recursos de aprendizaje. Que, independiente de la sección que te tocó, puedas ver la buena clase que hace otro profesor porque esta ahí guardada. También se permite crecer ofreciendo programas virtuales o duales para disminuir las horas de docencia teórica presencial y eso disminuye la carga de los académicos”, detalla Marcela Varas.
Próximos pasos
En estos momentos, el equipo técnico se encuentra modelando el funcionamiento de todas las áreas, al tiempo que se definen responsabilidades y flujos de trabajo, además de los servicios que cada unidad debe entregar. Luego, la intención es validar las ideas consolidadas con usuarios y proveedores —reparticiones que hoy realizan estas labores— para contar, a fines de julio, con una propuesta a discutir en el Consejo Académico.
Frente a este cambio y la manera en que se ha ejecutado, la Directora Carolyn Fernández asegura que “es importante el reconocimiento del aporte que realiza toda una comunidad frente al momento de revisar procesos, de reestructurar”.
“Siempre es un acierto que unamos fuerzas e ideas, que pueden ser discrepantes en un momento, pero al final enriquecen nuestra propuesta de universidad”, sentencia.